Actuación: Proyecto de amueblamiento y reforma parcial
Tipología: Piso familiar
Ubicación: Las Tablas (Madrid)
Superficie: 160 m2
Cliente: Familia con 2 niños
PLANTEAMIENTO:
Partimos de un piso grande de obra nueva relativamente reciente don una distribución exterior circular en el que se pretendía redistribuir los 5 dormitorios actuales en 3+estudio, cambiar el suelo y la pintura de la casa y aprovechar para amueblar y decorar todas las estancias, a excepción de cocina y baños donde sólo se necesitaba algún pequeño complemento.
SOLUCIÓN:
El mayor reto de este piso consistió en «cuadrar» los tabiques y disimular su asimetría, dado que por su configuración exterior semicircular, pocos muros se encontraban a escuadra.
La entrada y el salón comedor mantuvieron su distribución, a excepción del techo del distribuidor, que se levantó un poco, y del espacio entre pilares del salón, que se recreció más por un lado que por otro para disimular su asimetría.
En la entrada optamos por cambiar la iluminación basada en focos por lámparas de luz matizada, gracias a un aplique y una lámpara de sobremesa sobre una consola de madera coronado por un espejo de cuarterones negro y completado por una alfombra que marcaba el conjunto.
Para la decoración del salón se optó por un estilo elegante con toques de color. Para ello se mantuvieron los actuales sofás del cliente y sillones del cliente (estos últimos retapizados en verde agua), que se completaron con una mesa de centro en cristal con perímetro de pátina metalizada tipo óxido, un gran mueble TV blanco con tiradores de latón envejecido y enmarcado por un papel pintado en espiga, una mesa auxiliar de madera y plantas y complementos decorativos, como una alfombra delimitadora de pelo corto, un capazo para mantitas, marcos de fotos, bandejas, un baúl antiguo del cliente y un gran cuadro sobre el salón en tonos verde agua y malva a juego con los cojines.
En el comedor, una mesa a juego con la de centro se completaba con unas sillas tapizadas en una combinación de tela lisa y texturada, un espejo alargado a medida con marco en latón oscuro envejecido y cuarterones en esquina y dos lámparas a medida con pantalla irisada.
Como almacenaje de apoyo, una vitrina y una gran estantería en laca blanca con trasera visón y tiradores en latón envejecido completaban este elegante espacio.
Pasando a la zona de dormitorios, nos encontramos primero el dormitorio principal, donde se optó por los tonos crudos, topo y coral tanto en textiles como en paredes.
En la pared principal se eligió un papel pintado de imitación de cuero a juego con el de la entrada al dormitorio, donde se colocó una consola zapatero coronada por un espejo cuadrado con bisel flanqueado por dos apliques.
Un cabecero con tachuelas elaborado a medida en tono beige claro contrastaba con el blanco de la ropa de cama y el coral de los cojines, tanto lisos como texturados.
Igualmente, la alfombra en tono crudo combinaba a la perfección con las dos mesillas de madera realizadas a medida y el galán de noche del cliente, rematado con un pequeño sillón tapizado en esquina con lamparita minimal a modo de rincón de lectura.
Al fondo del pasillo, en el ala contraria de la casa, se ubicaron el resto de dormitorios, que cambiaron su configuración.
Para el estudio, que debía servir a la vez como dormitorio de invitados, se eligió un sofá cama en tonos grises en armonía con el gris perla de las paredes.
Como zona de estudio se eligió una encimera en laminado Egger de alta calidad en tono nogal oscuro, elegido también para la trasera de la zona de almacenaje, basada en muebles superiores e inferiores lacados en blanco que aportaban un contraste muy elegante al conjunto. Dos láminas y una alfombra de la propiedad, junto a una lámpara de pie y un armario en L realizado a medida completaron el espacio.
Para el dormitorio del niño se optó por un tono azul grisáceo muy elegante pero a la vez infantil en la pared que marcaba el cabecero. Además se realizó un escritorio en L a medida con baldas a juego que continuaba con un armario empotrado, decorando el resto de la estancia con un sillón en tono azul y complementos varios salpicando la estancia.
El dormitorio de la niña se diseñó en rosa palo, un tono que, dentro de los rosas, resulta muy relajante, no pasa de moda y además está de plena actualidad. En este tono elegimos el plaid de cama y algunos complementos sueltos, optando por un papel pintado estampado para el cabecero principal, un escritorio a medida de lado a lado y un buen armario con baldas de apoyo.
También se dejó un espacio libre para colocar un sillón en el futuro, mientras se utiliza como zona de juegos en la actualidad.
El resultado, un piso familiar elegante y atemporal en un estilo con toques clásicos modernizados y notas de color.