Actuación: Proyecto de interiorismo
Tipología: Local a pie de calle
Ubicación: Madrid
Superficie: 120m2
Cliente: Empresario
PLANTEAMIENTO:
Nos encontramos con un espacio que anteriormente era una oficina y debíamos transformar en una peluquería industrial, con un espacio dedicado a la formación de peluqueros.
El local estaba situado en un esquinazo del edificio y su acceso se hacía por uno de ellos.
Contaba con ventanas pequeñas y altas y, en la parte superior, unas rejillas que permitían ser sustituidas por cristalera.
La planta baja estaba distribuida con una zona diáfana para mesas y estanterías, una sala de reuniones, un baño, un montacargas y una escalera de acceso a la planta sótano.
En el sótano había otro baño, el almacén dividido en dos salas y un cuarto bajo la escalera.
El objetivo era diseñar una peluquería industrial con carácter, aprovechando al máximo las bondades que ofrecía el espacio (altura, entradas, ventanales, luminosidad) consiguiendo un flujo de personas que interfirieran entre los distintos usos (alumnos y clientes).
SOLUCIÓN:
Para dar más luminosidad a la peluquería, se ampliaron las ventanas de la fachada, tal y como hicieron el resto de locales del mismo edificio; de tal manera que el acceso a la peluquería se pudo hacer por la calle contigua con una puerta acristalada, y el acceso directo a la sala de formación desde el extremo opuesto, sin necesidad de tener que pasar por el salón de peluquería.
Para la peluquería creamos un espacio de bienvenida con mostrador y zona de asientos de espera. Todo ello cubierto con un techo de plantas colgantes que, además de aportar un toque muy estético, nos permitía ocultar las máquinas de aire acondicionado.
Junto a la sala de espera ubicamos el baño de minusválido con una puerta de granero que permitía el acceso de una silla de ruedas, además de casar perfectamente con la estética buscada.
En el baño jugamos con los materiales de las paredes alternando ladrillo visto pintado de blanco con superficies lisas en trasdosados que ocultaban la iluminación indirecta. Añadimos elementos decorativos como cestas, cactus y jarrones para terminar de hacerlo acogedor e íntimo, evitando que resultase desangelado.
Pasando esta zona de entrada, a mano izquierda encontramos la zona de tocadores, ubicada junto a los ventanales de la fachada principal. Esta ubicación permitía aprovechar la gran entrada de luz natural, incluso con los vinilos traslúcidos colocados hasta media altura, que daban intimidad a los clientes.
En la parte central teníamos una pared que revestimos con un azulejo texturado (que también utilizaremos en la planta sótano), y donde colocamos un tocador flanqueado por dos grandes plantas. A ambos lados de este tocador, colocamos cuatros puestos más de forma transversal.
Para lograr ese estilo industrial buscado, en esta zona colocamos unas cristaleras de cuarterones con perfilería negra, cristal traslúcido en la zona de escalera y con espejo envejecido en la anexa a la entrada.
En el lado opuesto, ubicamos un área de tintes, concebida como una zona de descanso mientras el producto hace efecto. Para ello diseñamos una mesa-consola de madera donde poder apoyarse y dejar efectos personales.
Esta zona la enmarcamos con una celosía de madera en tono negro y se coronó con unas lámparas colgantes.
Seguidamente encontramos el lavacabezas, ubicado en una esquina para dar mayor intimidad. Este espacio se ve reforzado gracias a una estructura colgante de rejilla a 3m del suelo, de la que cuelgan plantas decorativas similares a las de la entrada.
Tras el lavacabezas colocamos un mueble de almacenaje con lavabo, con una zona abierta para exhibición de producto.
Al fondo, una puerta corredera da acceso a la escalera que nos conduce a la sala de formación.
Una vez llegamos a la planta sótano, encontramos tres puertas: una para el aseo, otra para un office privado para el personal que cuenta con una lavadora-secadora, una nevera, una barra con taburetes y taquillas; y por último, la sala de formación.
En la sala de formación salieron a la luz una serie de columnas que limpiamos y dejamos vistas ya que, estéticamente, le daba mucha fuerza y carácter al espacio. Junto con un estudio de iluminación, se terminó de potenciar estas columnas.
Al fondo de la sala colocamos una tarima elevada para facilitar la visión de los alumnos, con mesa de apoyo y televisión para la formación. A un lado de la mesa ubicamos un tocador y al otro un lavacabezas.
Frente a la tarima, 24 sillas para los asistentes, distribuidas en dos bloques para dejar un pasillo central de circulación.
En este espacio se empleó un azulejo texturado como el de la planta superior, una serie de plantas decorativas en la parte superior de las columnas, un par de plantas bananeras y unas cortinas que cubrían gran parte de la pared puesta. Todo ello iluminado con dos carriles de focos para techo.