La vida en rosa: papelería Papersmith
No nos cansaremos de advertir sobre la importancia del diseño en conjunto. Cuando una empresa cree en el poder del diseño y es capaza de ponerse en las manos de profesionales, tiene un gran camino recorrido. Conseguirá reforzar el vínculo entre el comprador y la marca, emanará profesionalidad y perdurará en el tiempo.
Cuando hablamos de «diseño en conjunto», nos referimos a la distribución del espacio, a la elección de materiales, a la paleta de colores, a la iluminación, a la exhibición de los productos, a todo lo referente con el diseño gráfico como el cartel que cuelga en la fachada, el logotipo, las tarjetas de visita, las bolsas, el packaging y hasta los detalles más aparentemente nimios como el diseño de los carteles de precios.
Todo esto en conjunto hará que la primera impresión sea más que buena, logrará enganchar al futuro comprador e incluso conseguirá que éste repita la experiencia de compra.
Para llevar a cabo todo esto no hace falta tener una gran tienda donde poder dar rienda suelta a la imaginación y hacer despliegue de medios. Unos pocos metros cuadrados bastarán para hacer que la marca resalte sobre el resto de comercios.
Éste es el caso de la papelería Papersmith y su tienda de Boxpark (un centro comercial a base de contenedores de envío remodelados) en el barrio de Shoredithch, Londres. Su color rosa resalta sobre el negro de la fachada y la neutralidad de las tiendas aledañas.
Los diseñadores de Studio B han sabido sacarle partido a los 90 m2 que tiene el espacio, creando un contenedor de color rosa
Madera, azulejo y jesmonite son los materiales empleados en esta papelería. Y os preguntaréis ¿qué es eso del jesmonite? Pues se trata de una resina de base agua que permite crear materiales compuestos libres de disolventes. Es flexible y resistente a los impactos y al fuego, más ligero que la piedra y el hormigón, capaz de replicar detalles sutiles, duradero y no tóxico y por lo tanto respetuoso con el medio ambiente y, además, permite ser pigmentado e imitar texturas de otros materiales. Hasta hace podo se utilizaba mucho para crear molduras, pero cada vez es más frecuente que los diseñadores lo empleen también en mobiliario.
Podemos ver el azulejo rosa de formato cuadrado en paredes y suelo. Ojo a la lechada porque ésta es blanca. Su tonalidad hará que la junta se marque más o menos, haciendo que el azulejo resalte por contraste en mayor o menor medida.
La madera clara la encontramos en las baldas, en el frente de los armarios bajos, en algunos tramos de pared a base de paneles agujereados que permiten variar la posición de las perchas y estantes, y también en el techo con lamas colocadas longitudinalmente.
La resina jesmonite la encontramos en forma de bandejas para la exhibición de los diferentes productos. La vemos también en la trasera de las estanterías, enmarcada por el azulejo y los muebles bajos. Y como con ella se puede hacer cualquier forma, en este caso vemos unas pequeñas escaleras para exponer bolígrafos y también en forma de pedestales en la entrada de la tienda.
Y como dato curioso, si os fijáis la jesmonite la han utilizado principalmente en color blanco con una motas de color negro y en otros casos en modo inverso. Un efecto que recuerda al material, tan de moda, terrazo.
Aquí tenéis más imágenes de la papelería haciendo foco a todos estos detalles. ¡Esperamos que os guste!
Vía: designweek.co.uk | retaildesignblog.net
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