Proyecto de amueblamiento y decoración de vivienda
Hoy queremos compartir con vosotros uno de nuestros trabajos de amueblamiento y decoración de vivienda que aún no os habíamos contado en el blog. Y es que coincidiendo con nuestro cuarto aniversario, echamos la vista atrás y rescatamos uno de los primeros proyectos que hicimos en este estilo, al que le tenemos especial cariño por tratarse de unos clientes estupendos.
Los clientes, una joven pareja, se mudaban de alquiler a un piso de obra nueva y nos ponían como premisas el amueblarlo con un estilo Shabby Chic, sin obras y con una buena relación calidad-precio, además de disponer de suficiente espacio de almacenaje en todas las estancias.
El no poder hacer reforma nos obligaba a adaptarnos a la distribución propia del piso y sobre todo, muy a nuestro pesar, a mantener el dichoso gotelé (en el link podéis ver que no es precisamente santo de nuestra devoción ;)).
El primer paso fue visitar el piso, con el fin de tomar fotografías y medidas y levantar el plano de estado actual, que nos dio como resultado un piso de 65 m2 con dos baños completos, salón, cocina con terraza, un dormitorio principal y otro auxiliar.
Planta estado actual
La siguiente etapa consistió en analizar las necesidades del cliente y conjugarlas con las posibilidades y limitaciones del piso, con el fin de elegir los muebles más adecuados, no sólo teniendo en cuenta su estética, sino también sus dimensiones, ya que como suele ser habitual en pisos de obra nueva, todas las estancias de la vivienda resultaban angostas. El reto era lograr una casa acogedora y confortable permitiendo al mismo tiempo una circulación cómoda.
En el dormitorio principal, aparentemente grande, nos encontramos el problema del paso. Una vez incorporábamos la cama, el espacio a su alrededor era escaso; si además le sumábamos el interés del cliente por añadir una cómoda y un cabecero, el espacio disminuía aún más haciéndolo inaccesible. La solución fue optar por un cabecero de flecos que nos permitía pegar la cama a la cama a la pared y de esta manera añadir una cómoda a los pies de la cama. Además, incluimos una sola mesilla de noche para tener un acceso cómodo al armario.
El mismo dilema nos surgió en el dormitorio auxiliar, en el que debíamos plantear la posibilidad de alojar al menos dos invitados a un mismo tiempo y ampliar el espacio de almacenaje, puesto que esta habitación solamente tenía un armario de 80cm de ancho. Todo ello sin sobrecargar la estancia. Nuestra solución fue aportar dos cómodas altas con muchos cajones y un sofá cama para dos personas: de esta manera manteníamos un espacio central habitable para los días sin invitados (la mayor parte del año) y evitábamos la sobrecarga visual de un par de camas vistas.
Por si la pareja recibía a más de dos invitados al mismo tiempo (hay que tener en cuenta que ambos venían de fuera y por tanto recibían visitas a menudo), los trasladamos al salón, concretamente a dos puf cama, que cerrados miden 70×70 cm y abiertos se transforman en dos confortables camas individuales de 70×200 cm, a la vez que ejercen de complemento decorativo para cerrar la zona de estar.
En el salón, cambiamos el sentido inicial del sofá para aprovechar las buenas vistas de la ventana y mejorar la circulación y distribución del mobiliario. Añadimos un amplio mueble de televisión con muchos módulos suspendidos para el almacenaje y una mesa de comedor para seis comensales.
Planta estado reformado
Antes y después del salón
Antes y después de la entrada al dormitorio principal
Antes y después del dormitorio principal
Antes y después del baño principal
Antes y después del dormitorio auxiliar
En el salón optamos por tonos crudos, jugamos con arenas , blancos y algún punto de color más oscuro como el chocolate en ciertos complementos. Ganamos calidez gracias a la madera de la mesa de centro y la mesa de comedor y logramos el estilo Shabby Chic que quería el cliente fundamentalmente a través de los cuarterones del mueble de televisión, las sillas clásicas de comedor y el cuadro plateado colocado sobre el sofá.
En el dormitorio principal mantuvimos la línea de estilo requerida con las mismas tonalidades y la tipología de mobiliario, blanco y con detalles.
Los complementos jugaban un papel importante en el dormitorio. Los cojines con motivos orgánicos en tonos marrones y blancos daban calidez mientras que uno de ellos, elaborado con muchas plumas suponía la guinda del pastel.
Sobre la cómoda, un espejo plateado a juego con los portavelas y un marco de fotos también en acabado plata decoraban el rincón, rematado con una orquídea blanca.
En el dormitorio auxiliar, cambiamos las tonalidades y nos decantamos por los verdes para distinguirla del resto de la casa y aportar un toque alegre. El color lo incorporamos en los complementos (cojines, alfombras y plantas), lo que da la posibilidad de cambiar fácilmente el aspecto de la sala cambiando el color de los complementos. Un recurso muy práctico cuando se utilizan muebles de color neutro.
Y en la entrada, un reloj de estética antigua y una cómoda con elementos decorativos daban la bienvenida al visitante.
Hasta aquí el resumen de este proyecto de amueblamiento y decoración de vivienda. Esperamos que os haya gustado tanto como a nosotras recordar viejos tiempos ahora que cumplimos años 😉
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